domingo, 1 de junho de 2014

"Aprovechemos el momento"


"Fui para la mata porque quería vivir deliberadamente, hacer frente solo a los hechos esenciales de la vida y ver si podría aprender de lo que me tenía que enseñar para no descubrir en el momento de mi muerte que no había vivido" (Henry David Thoreau (1817-1862))
La cita del poeta estadounidense Thoreau leída en la película es un bueno resumen de La Sociedad de Los Poetas Muertos (o El Club...). Dirigida por Peter Weir, la película ganó el Oscar de mejor guión original en 1990, allá de tener sido indicado a los de mejor actor (Robin Williams), mejor film e mejor dirección, con muy merecimiento.

Yo no me acuerdo de tener visto La Sociedad antes. Tenía que escoger entre dos películas para la prueba de Español, mía sorpresa al final de ser la primera vez.



Tradición, honor, disciplina y grandeza


La historia es interesante, especialmente para quien es profesor y necesita encontrar nuevas manera de llegar a alumnos. Aún que la fecha de exhibición sea 1989 y la historia sea en el año de 1959, es muy válido para ver las dificultades en enfrentar tradiciones. Esa, por señal, era una de los valores de la Welton Academy, que forma jóvenes, apenas chicos, frente a futuras profesiones, la mayoría cuja escoja es de sus padres.

Honor, disciplina y grandeza eran los otros valores, que se quedan amenazados por un nuevo profesor. Historia de recuperación de una clase o de un profesor que cambia la vida de los estudiantes es muy común en el cine – bastaría ver algunas películas que se repiten en la Sesión de La tarde, no? Pero esta es diferente.

Uno de los mejores alumnos de su época en la escuela, el nuevo profesor de literatura John Charles Keating (Robin Williams) desde lo primer día demuestra que es diferente. Tiene una pasión por la literatura sintetizada en la búsqueda para crear “libres pensadores”. Así, con actividades que van de escuchar la historia de Welton a decir “Carpe diem” en la primera clase, al salir de ella, a clases al aire libre, marchando como hombres del Ejército o con el fútbol. Las actitudes principales van en estímulo a los dos alumnos que se destacan, aún que con poco más intensidad cuando comparado al grupo de siete que aparecerán con más frecuencia.

“Carpe diem” o “aprovechen el momento”. Keating de pronto solicita que sus alumnos rasguen las páginas introductorias de sus libros de poesía, en una parte en que había destacado o cuanto tentaban delimitar a cuestiones de la matemática la calidad de una obra poética. Yo no soy un aficionado de poesías, pero lo sé que la ventaja de la literatura, de manera general, es justamente escapar de amarras, aún más cuando se trata de algo que exige tamaña emoción.



“Las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo”


Uno de los estudiantes, lo más pobre de ellos y, al mismo tiempo, el líder, Neil Perry (Robert Sean Leonard – Dr. Wilson, de Dr. House), de pronto se encanta con las clases del profesor. Su sueño es ser actor, pero su familia quiere que sea médico, pues estaban a investir mucho con elle.

Es elle quien nos muestra los otros seis compañeros, con destaque para lo que divide el dormitorio, Todd A Anderson (Ethan Hawke), que llega a Welton con la presión de ser tan bueno cuanto su hermano y eso hace con que elle sea más callado, case que con síndrome de pánico a tener que hablar. Son Neil e Keating que mejoran las cosas.

Los estudiantes descubren el anuario del profesor e están curiosos con “la sociedad de los poetas muertos” a cual ello había participado. Cuando descubren de que se trataba, de pronto deciden crear algo parecido. “Los poetas muertos” salían de la escuela e iban al medio de la mata, en pleno invierno, a fumar, bromear, cantar, tocar e, principalmente, leer poesías ya publicadas o creadas por ellos.

Uno se mete en un romance, una pasión a la primera vista; otro es más rebelde y a él le gusta ser del contra, a punto de llevar mujeres al local de las reuniones; otro es más estudioso e sigue todas las normas y por allí va la historia.

Pero hay algo que está presente en toda ella al causar cierto espanto en todos: la muerte. La necesidad de sentir cuando morir y saber que ha hecho todo, que no había con que se lastimar, como ha escrito Thoreau. Esto tema aparece en algunos momentos, pues, de la misma forma que los hombres necesitan de las emociones de la poesía y así garantir que son de la raza humana, como habla el profesor, la muerte es un tema común desde el nacimiento, la única cosa cierta.

Yo paro por acá para no llegar al ápice de la historia, que la diferencia de las películas de las tardes en la TV abierta brasileña. El capitán de los estudiantes es el guía para cambios de algunos, pero no de todos, como vamos a ver en el final. La iniciativa de hacer diferente, de no ir a otros lugares por gustar de dar clases, permitirse a estimular las voluntades y deseos de sus alumnos. Esto es un enseñamiento mucho importante, pues la capacidad de cambiar el mundo con las palabras e las ideas cada vez más se hace difícil en un mundo tan pesimista cuanto el nuestro.

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